Aldeia da Pedralva es un pintoresco asentamiento rural situado en el municipio de Vila do Bispo, en el extremo más occidental del Algarve. Este conjunto de unas cincuenta casas, que alguna vez estuvieron al borde del abandono, ha sido objeto de un notable esfuerzo de restauración y reconstrucción en los últimos años, transformando estas estructuras en alojamientos turísticos.
La restauración de este pueblo, a pesar de ser una iniciativa privada, ha contado con la importante colaboración de las autoridades locales profundamente comprometidas con la preservación de su patrimonio, su historia y la esencia original de este lugar. Pedralva ha sabido conservar el encanto rústico de una época pasada, manteniendo la integridad arquitectónica de sus edificios en cuanto a tamaño, diseño y materiales utilizados.
Casa TFC, ubicada a la entrada del pueblo, ocupa una parcela de aproximadamente 1.000 m2, lo que marca el último espacio vacante dentro del complejo. El lote mira a la carretera en sus lados norte y este, mientras que el área interior se abre hacia el sur, encajando perfectamente entre una casa adyacente y las colinas, caracterizadas por terraplenes y áreas en forma de plataforma que el esquema de diseño pretende armonizar.
Los objetivos principales del proyecto eran mantener la escala y la apariencia del frente a la calle sin alterar el diseño general de la aldea, y al mismo tiempo satisfacer el deseo de la familia de una casa espaciosa con conexiones perfectas entre el interior y el exterior y una exposición óptima al sol.
Ubicada en la parte más al norte del área nivelada, la casa de 200 m2 consta de tres secciones conectadas diseñadas para alinearse con la configuración y morfología del lote. Esta disposición crea un patio protegido dentro del lote, que sirve como una extensión exterior de las áreas comunes de la casa.
El acceso a la vivienda se realiza por la calle de levante, a través de un porche cubierto. La planta baja cuenta con una generosa sala de estar con cocina integrada, dos dormitorios, dos baños y un tocador. El uso del espacio del ático, que alberga dos dormitorios adicionales, una sala de estar y otro baño, aborda eficazmente las necesidades funcionales de la familia.
La fachada principal orientada al sur de la casa presenta un área acristalada considerable que se abre completamente, forjando una conexión tangible y visual entre los espacios centrales y el patio bañado por el sol, protegido de los vientos predominantes. Este patio íntimo y acogedor, adornado con exuberante vegetación, alberga una piscina que parece perfectamente conectada con la casa, situada sobre una plataforma elevada que se fusiona con el terreno inclinado y el entorno natural.
En la fachada norte, que da a la carretera municipal, las ventanas son de dimensiones más modestas, correspondiendo a la arquitectura tradicional del pueblo. Se complementan con contraventanas exteriores que aportan sombra y seguridad.
La integración armoniosa con el entorno es evidente no sólo en la escala y el diseño de las estructuras sino también en la elección de materiales y acabados, con un marcado énfasis en la fachada exterior. Las paredes están acabadas con la tradicional cal blanca y el techo está adornado con tejas cerámicas hechas a mano. Un piso de concreto pulido en un tono natural se extiende perfectamente desde el interior hacia el exterior y alrededor del área de la piscina, impartiendo una sensación de uniformidad y estilo contemporáneo al entorno construido.
