Casa Roverella es una casa ubicada en el Valle de Itria, una zona exuberante en el centro de Puglia. La intención principal fue desde el inicio buscar un diálogo con los elementos naturales presentes en el terreno. Un gran roble fue la inspiración inicial que llevó a estructurar toda la casa a su alrededor, haciéndolo el verdadero protagonista del proyecto.
En el interior, la redondez de las bóvedas y la continuidad entre techos y paredes crean juegos de sombras suaves dependiendo de la luz que entra en la casa a distintas horas del día. Un juego de alineaciones ópticas y perspectivas continuas destaca los elementos arquitectónicos que son los protagonistas del proyecto, como la piscina, el jardín, la escalera exterior y, sobre todo, el gran roble.
La planta en forma de “C” de la casa recuerda a un abrazo, un gesto envolvente que hace íntimo el entorno exterior, manteniendo la apertura hacia la piscina, que, con su cascada, proyecta la mirada hacia el magnífico paisaje montañoso. La pérgola exterior ofrece refugio del sol veraniego y alberga un área de comedor y una sala de estar junto a la piscina.
El estilo sobrio y minimalista de los interiores y exteriores resalta las formas puras de la arquitectura, equilibradas por los materiales y texturas, que no renuncian a un toque de rusticidad para conectar mejor con el contexto. La disposición de las ventanas está diseñada para tener una relación continua con el campo, mostrando una variedad de vistas inesperadas. La paleta de colores cálidos hace que la atmósfera sea acogedora y relajante. La escalera exterior, rigurosa en sus geometrías y compacta en su forma, aparece como un elemento escultórico y decorativo que conecta la piscina con el cielo, dando una sensación de libertad. Un punto panorámico diseñado para sentarse y abandonar tus pensamientos mientras la mirada se pierde en los cálidos rayos de una puesta de sol veraniega.
Los muebles son hechos a medida con madera de roble, pintados para hacerlos más cálidos, las paredes y las bóvedas han sido pintadas con cal color marfil, y el suelo continuo de concreto unifica las habitaciones, haciendo que la casa parezca más grande. La cocina es el principal elemento de mobiliario. Diseñada como un elemento caracterizador de la habitación y hecha a medida en cada detalle, resalta la perspectiva del entorno, guiando la mirada hacia la ventana arqueada que enmarca el roble. La encimera de concreto, con su forma continua, une la cocina y la mesa del comedor, dando vida a una solución con una estética innovadora y elegante. Aquí la tradición de los materiales se fusiona con el diseño contemporáneo. Los interiores son el resultado de una colaboración con el diseñador Jared Green, quien se encargó de la selección de muebles, decoraciones y especies vegetales, realzando aún más la belleza de un minimalismo que se casa con la imperfección y rusticidad local.
