La Casa Brandilera, diseñada por Manuel Cervantes Estudio, ofrece el tipo de escapada arquitectónica de ensueño que te hace añorar el mar. La casa de vacaciones, creada en colaboración con el cliente, el diseñador James Perse, se encuentra en la costa del Pacífico de México y está centrada en su exuberante terreno, orientada hacia vistas al mar y paisajes naturales enmarcados. Al mismo tiempo, su disposición en torno a un patio ofrece a sus residentes una sensación de refugio y protección.
El volumen de baja altura de la estructura está organizado en una serie de pequeños pabellones, que se abren a espacios verdes y están salpicados de patios. Los elementos abiertos y cerrados están conectados a través de caminos y rutas “en un juego de muros, pórticos, vegetación y pavimentos”, explican los arquitectos.
Esto significa que los espacios abiertos son tan importantes como los cerrados en la Casa Banderas. Un estilo de vida interior/exterior se realza gracias a las características clave de la casa: sus jardines y columnatas.
La generosa propiedad abarca unos 3,600 m². Los interiores contienen nueve suites de dormitorio, una variedad de espacios para vivir y socializar, piscinas y un spa.
El paisajismo y la plantación se inspiraron en lo que existía naturalmente en el sitio antes, enriqueciendo la vegetación con especies nativas. Fue una ruta que el estudio de arquitectura a menudo favorece, con el objetivo de mantener las cosas refinadas pero simples, orgánicas y naturales.
Este mismo enfoque se traduce también en la paleta de materiales de la Casa Banderas, como explican los arquitectos: “La simplicidad también se transmite en la elección de materiales: estructuras y muros de concreto pigmentado aparente, pisos de partición, y madera en ventanas y muebles, son los 3 materiales utilizados en toda la construcción. El resto: la vegetación y el agua. La naturaleza”.
Manuel Cervantes Estudio está detrás de una serie de residencias discretamente lujosas en todo el país, que combinan sin esfuerzo enfoques locales y globales, y un profundo entendimiento de la materialidad y las necesidades climáticas de la región.
