Ávila es un proyecto que reinterpreta lo que en su origen fue un almacén diáfano situado en el barrio de Poble Nou de Barcelona para convertirlo en un espacio multifuncional y habitable de 120m2. Este proyecto se enmarca dentro de la investigación teórica y práctica “proyectar el vacío”, la cual aboga por transformar la concepción de la vivienda, dejando de ser considerada una mercancía definida por su valor de mercado para ser entendida como una infraestructura definida por su potencial de uso.
En esta propuesta, la arquitectura se concibe como un marco o soporte cuyo vacío garantiza su adaptabilidad, actuando como un catalizador de nuevas formas de domesticidad que trascienden las dicotomías tradicionales entre vivir-trabajar o público-privado. A partir de la definición de lo que denominamos los “medios mínimos para habitar un lugar” – almacenaje, espacios húmedos y circulaciones-, se establece una serie de espacios no programados con potencial para albergar diferentes usos.
Por lo tanto, no se busca reducir un espacio a un mínimo sin atributos, sino promover la idea de vacío como lo vacante, una oportunidad. En su condición de vacante, el vacío se convierte en potencialidad de ocupación, aquello que puede emerger
potencialmente. Estas sutiles diferencias son las que distinguen lo vacío de lo vacuo.
A partir de la disposición de diferentes piezas de obra que articulan los diferentes ambientes, y con las mínimas particiones necesarias, trabajamos y proyectamos el vacío como el elemento principal de la propuesta. Asimismo, se plantea la pieza del distribuidor de la planta superior como un vacío en diagonal de forma cuadrada que, a pesar de la sencillez del conjunto, permite las visuales cruzadas entre todas las estancias, incluyendo la de la fachada posterior desde la escalera.
Como material principal, se ha optado por el empleo de piezas cerámicas de gran formato que permiten su adaptación a diferentes situaciones. Esto ha permitido el uso de un único acabado tanto en pavimentos como en el mobiliario de la isla y el sofá́, ayudando a enfatizar la continuidad en la percepción del espacio.
Con el uso de materiales continuos y colores claros, se persigue obtener un lugar luminoso, neutro y cálido a la vez, haciendo uso del mobiliario e integrándolo desde el inicio del proyecto. La propuesta pone en valor el espacio gracias a su sencillez, las diferentes texturas de los materiales y la luz, dejando de lado cualquier exceso u ornamento y centrándose en responder a las necesidades de sus habitantes.