“Un cielo azul que provoca un desvanecimiento -debajo, una pintura de cal. Reverberación del sol y el azul más azul, el blanco más blanco. Cubos, líneas geométricas, luz animal que tiembla y vibra como las alas de una cigarra”. Raul Brandão en “Los pescadores”
El vacío terreno en forma y tamaño similar, se alinea a lo largo de un campo de golf, fijando un marco para el nuevo contexto urbano de casas separadas. Nada fue construido. Debido al grado de incertidumbre con respecto a las construcciones futuras, la casa se vuelve introvertida.
Dos paredes blancas retiran casi completamente cualquier contacto directo de sus futuros vecinos, estableciendo claros
límites. Entre ellos, un paisaje arquitectónico interior de formas cúbicas, cada una de ellas con una sola función, proporciona una sensación de seguridad y protección mientras, cuidadosamente, enmarca el paisaje lejano.
Sólo un volumen horizontal, que contiene la piscina, contradice esta lógica que se proyecta hacia el Sur, emergiendo de las paredes para ofrecer una posibilidad de exposición voluntaria por un breve momento antes de volver a la casa.