
En un terreno en esquina, con orientación de fachada sur-poniente, una topografía con pendiente en dos direcciones y un entorno poco atractivo, Casa Parrain es una casa que elige el silencio del adentro por encima del ruido del afuera
En una ciudad como Culiacán, marcada por el calor extremo y una creciente ola de inseguridad, esta vivienda emerge como un refugio que se aparta del exterior para volcarse hacia adentro.

Su diseño responde tanto al clima como al deseo de privacidad, creando un espacio que protege, contiene y ofrece calma. Su geometría, pura y contenida, no busca imponerse, sino resguardar lo que habita dentro. El volumen superior, austero y suspendido, se apoya sobre una base de travertino, estableciendo un equilibrio entre solidez y ligereza.
Casa Parrain se organiza como un monoespacio donde sala, cocina y un comedor a doble altura se integran sin interrupciones, permitiendo que la luz natural fluya con libertad y continuidad

La recámara principal, proyectada con visión de futuro, se resguarda también en este nivel. En la planta alta, tres recámaras con baño propio, un estudio y el cuarto de lavado completan el programa con orden y equilibrio.
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