La Casa Muxarabi ha sido construida en Brasilia y tiene una localización privilegiada cerca de un exuberante parque ecológico y del lago Paranoá, tarjeta postal de la ciudad. Dos solicitaciones fundamentales orientan las decisiones del proyecto: que la casa sea privativa, no expuesta a la calle y que la vista del lago sea potenciada.
Por lo tanto, se ha adoptado una estrategia de liberar la planta baja para las áreas sociales, para garantizar una vista libre y la integración con la piscina y el lago desde el hall de entrada. El garaje se ha acomodado en el subsuelo para aprovechar el desnivel natural del terreno que era muy acentuado, y el área íntima se queda en la planta superior.
Es deliberada la predominancia de materiales naturales como madera, ladrillos de arcilla natural y el mármol, de manera que se caracterice como una vivienda no urbana. Por otro lado, tal rusticidad ha sido equilibrada por la sofisticación de determinados acabados interiores y por los tecnológicos sistemas de escuadras, instalaciones y climatización, lo que garantiza comodidad a los residentes como si estuvieran en la ciudad.
Con la premisa de integrarse totalmente con el espacio natural, y la armonía entre la arquitectura moderna y la sostenibilidad, la casa posee reaprovechamiento de aguas pluviales para la irrigación de los jardines, calefacción solar de agua y paneles fotovoltaicos, que producen la energía solar necesaria para su pleno funcionamiento.