El nombre de la Piedad hace alusión a la ciudad de la Piedad, Michoacán y al dolor como la Piedad de Miguel Ángel.
En un terreno de 10 metros de frente por 35 metros de fondo, igual a la proporción de casa Gilardi de Luis Barragán, y con una topografía a desnivel de 3 metros, la casa se articula a través de patios que emergen del sótano dividiendo las áreas públicas y privadas de la casa.
La pieza, estereotómica, levanta sus muros envolviéndose en una arquitectura introspectiva, en donde la relación entre el interior y el exterior existe, pero no es completamente evidente.
El proyecto surge del sótano, debido al interés de los propietarios por tener un área social para que sus hijos pudieran disfrutar de convivencias sin necesidad de salir de casa. La proporción alargada del terreno nos sugirió ventilar e iluminar a través de 3 patios.
Por lo que propusimos dos jardines, uno en la parte posterior que a su vez responde a las restricciones del fraccionamiento y otro al centro, generando un área social que se rodea de jardines.
En el patio central se planta un gran árbol ficus pandurata, que crece llenando el vacío cuya copa se extiende y emerge en el área de sala comedor cocina, brindando un pedazo de naturaleza exterior al interior de la vivienda.
La casa se divide en dos áreas, la privada orientada a la parte posterior del terreno y al frente el área social. En segundo nivel solo un área de servicio fue necesaria por lo que la sala, comedor y cocina se extienden en una doble altura que ve hacia dos patios, el central con el gran árbol y al frente hacia un patio de macetas que filtra las vistas hacia la calle.
Al frente un gran muro pantalla protege de las vistas y los rayos del sol del poniente.