El proyecto se desarrolla en una parcela urbana de 600 m² situada en Meia-Via, Torres Novas. Ubicada en una zona en expansión, el terreno está delimitado por calles y por parcelas aún sin edificar, aunque rodeado de viviendas unifamiliares de estilos arquitectónicos diversos
Esta variedad tipológica refuerza la ausencia de referencias claras, convirtiéndose en el punto de partida para una propuesta arquitectónica que se afirma por la diferencia y la contemporaneidad, mediante volúmenes sobrios, simples y bien definidos.
La vivienda nace de un volumen base del cual se extraen partes según criterios funcionales, climáticos y de orientación solar. Estos gestos generan entradas, balcones, vanos, zonas de aparcamiento y patios, garantizando una abundante iluminación natural y una ventilación eficaz. El resultado es una composición equilibrada que responde tanto a las necesidades prácticas del habitar como a las condiciones ambientales del lugar.
Distribuida en dos plantas, la casa separa claramente las áreas sociales de las privadas. La planta baja está dedicada a la vida diaria e integra el vestíbulo de entrada, el salón común, la cocina y un espacio de trabajo en casa. El vestíbulo se realza con una escalera suspendida de chapa de acero blanca que contrasta con el fondo negro, actuando como pieza escultórica.
También existe un acceso secundario a través del porche cubierto, que sirve como aparcamiento y conecta directamente con la cocina, reforzando la funcionalidad. Amplios vanos abren el salón y la cocina hacia el exterior, creando una conexión fluida con la piscina y las áreas de ocio, además de proporcionar una excelente iluminación, complementada por lucernarios sobre la zona de cocción y la sala de estar.
La planta superior está reservada para la zona privada. Cuenta con dos dormitorios servidos por un baño común y una suite con baño propio, asociada a un patio privado abierto al cielo. La circulación está iluminada por un generoso lucernario sobre la escalera, que difunde luz natural por todo el espacio. Todos los dormitorios disponen de balcones exclusivos, siendo dos de ellos de mayores dimensiones, e incorporan lucernarios en el suelo para iluminar los espacios de la planta inferior. La materialidad exterior privilegia el revestimiento enlucido pintado, en contraste con carpinterías de aluminio anodizado negro y elementos de hierro esmaltado.
En el interior, la paleta se mantiene coherente y depurada: estuco pintado en paredes y techos, mármol blanco en superficies destacadas, paneles esmaltados negros y suelos continuos de microcemento gris. Esta elección refuerza la simplicidad, la elegancia y la identidad contemporánea del proyecto.
El espacio exterior articula áreas verdes con pavimentos de losas de hormigón pulido, garantizando accesos cómodos y bien estructurados. La zona de ocio se sitúa al suroeste, donde la exposición solar es más favorable, integrando la piscina como elemento central. Al norte, se han conservado algunos pinos existentes que actúan como barrera natural frente a los vientos dominantes.
En los límites de la parcela, la plantación de arbustos y un cerramiento perimetral con montantes verticales de hierro esmaltado aseguran la permeabilidad visual, alejándose del concepto de parcela cerrada y promoviendo una mayor integración con el entorno.
De este modo, el proyecto concilia funcionalidad, confort e integración paisajística, afirmándose como una respuesta arquitectónica contemporánea, distinta y elegante.
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