Enclavada en la localidad mediterránea de Premià de Dalt, España, esta residencia familiar contemporánea personifica, como define el arquitecto japonés Jun Igarashi, el refinamiento de la sencillez compleja arquitectónica.
Un monolito escultórico, emerge tras la vegetación en un terreno escarpado costero. Al volumen endémico tallado se le dota, a través de sus vacíos, un ritmo armonioso y dinámico, recuperando la esencia de la arquitectura mediterránea, con innovaciones pioneras en técnicas y materiales vernáculos; haciendo del proyecto no sólo un lugar para vivir, sino un espacio para experimentar.
Su planteamiento se articula en segmentos que se entrelazan, se conectan creando un programa flexible; con cada espacio se despliega una nueva narrativa, y no hay ninguna sección ni perspectiva fija que represente toda la estructura. La casa no se establece como un escenario estático; a medida que nos desplazamos, surgen planos y aberturas que cierran sucesivamente las visuales y revelan nuevas perspectivas y reflejos.
Mediante la utilización de huecos estratégicos y la cuidadosa manipulación de la luz en todo el edificio, las ventanas y aberturas proporcionan reflejos siempre cambiantes y difuminan los límites entre interior y exterior, convirtiendo el entorno inmediato en parte del interior doméstico. Esta continuidad se refuerza con una materialidad expresiva, con carácter, sencilla e innovadora, que recoge la tradición constructiva de la zona, apoyándose en una paleta de colores neutra y atemporal.
El diseño tiene en cuenta los factores ecológicos y culturales de su ubicación para lograr una mayor eficiencia energética y funcional. Una casa que fusiona soluciones tectónicas avanzadas sin aspavientos ni artificios, integrándose en el ecosistema circundante e invitando a sus habitantes a una experiencia inmersiva y contemplativa.
Para conocer y entender plenamente este proyecto es necesario recorrerlo, invertir un tiempo, vivirlo, explorar cómo sus posibles recorridos entre el pasado y el presente conforman una adivinanza cuya clave es el juego de sus volúmenes interiores bajo la luz en el volumen endémico que los abraza, y el propio entorno.