Declarada Bien de Interés Cultural en 1978, la Iglesia de Santa de Ana de Carmona forma parte de un conjunto de edificios religiosos del siglo XVI. A partir de 1975, el templo de una sola nave y planta de cruz latina queda en desuso y se desploman sus dos cubiertas (mudéjar y barroca), posteriormente reconstruidas con una armadura metálica. En 2012, el Ayuntamiento de Carmona fija el propósito de poner en valor este edificio y convertirlo en un espacio para albergar eventos culturales.
Después de la identificación exhaustiva de los elementos patrimoniales, el proyecto de rehabilitación contempla diversas intervenciones: la reapertura de huecos en las fachadas sur y oeste; la renovación del suelo, que incorpora el grueso de las instalaciones; la ejecución de un nuevo techo técnico en la nave principal, compatible con los restos de la bóveda encamonada y los elementos del siglo XVIII; y la recuperación de la relación espacial de la nave principal con la capilla del XVI y la sacristía.
En la antigua portería se liberan los arcos enmarcados en alfiz y se materializa una subida al coro de la iglesia. Los restos de la sacristía se incorporan a la reconstrucción del volumen original, con un lenguaje y materiales contemporáneos. En el extremo sur de la fachada oeste se ejecuta un edificio de dos plantas en acero y vidrio, que enmarca la entrada sur junto al volumen de la antigua portería.
Esta nueva construcción pone en relación un arco del convento de Santo Domingo con los restos de un muro conservado en esta zona. También en lado oeste se ha levantado un pórtico de hormigón armado, a modo de logia, que conecta el nuevo edificio con la antigua sacristía y permite mejorar la composición arquitectónica de la fachada oeste. Los materiales y las técnicas utilizadas han tenido el propósito de ensalzar los valores patrimoniales de la iglesia.