Ubicado en el barrio de Pinheiros , en São Paulo, el proyecto fue desarrollado para maximizar el uso de una propiedad de aproximadamente 26 m². Destinado a alquileres de corta duración, con posibilidad de alojar también a los propietarios cuando estén en la ciudad, el proyecto buscó crear un ambiente multifuncional, capaz de satisfacer las diversas necesidades de los ocupantes, sin sobrecargar el espacio.
Las principales soluciones provinieron de carpinterías a medida. La cama retráctil, elemento aún poco explorado en Brasil, es la pieza central del proyecto. Cuando está cerrado, libera una gran superficie del apartamento, permitiendo utilizar el espacio de diferentes formas y adquirir un carácter itinerante. Junto al sofá, se diseñó un mueble corredero para optimizar el almacenamiento del mueble sin comprometer la distribución propuesta, ya que los muebles vecinos podrían obstruir significativamente el acceso al volumen. Esta flexibilidad del conjunto se ve reforzada aún más por la creación de una pieza en forma de “L”, que funciona no sólo como mesa para apoyar el sofá, sino también como banco y solución de almacenamiento, con sus cajones.
La integración de la distribución fue fundamental para aumentar la sensación de amplitud en un ambiente reducido. Así, se asimiló el balcón original en su conjunto para ampliar el espacio aprovechable, manteniendo una buena circulación de aire gracias a los ventanales que van de un extremo al otro. Para atenuar el volumen del aire acondicionado se utilizó un cerramiento de chapa perforada de color blanco mate que, sumado a la solución de aislamiento convencional de vidrio y aluminio, evita que el equipo sea un elemento intrusivo visual y sonoro.
En el baño, cuando estudiamos el plano original, con una pequeña ducha de esquina y un diminuto lavabo semiencastrado, nos dimos cuenta de que se perdía una zona relevante de la estancia por el movimiento de la puerta al abrirse. Así, simplemente sustituyendo la puerta original por una corredera empotrada, pudimos optimizar la circulación y ampliar generosamente la ducha.
Estéticamente buscamos un ambiente minimalista, pero a la vez expresivo y representativo de la personalidad del cliente. La paleta de colores es predominantemente clara, lo que refuerza la sensación de amplitud. Sin embargo, elementos como la carpintería de la cocina, el sofá y los revestimientos del baño contrastan con el entorno y entre sí. La cocina, en concreto, es casi íntegramente de color verde hoja, combinando granito, baldosas hidráulicas y carpintería revestida de madera con pintura mate.
Se exploró la altura de los techos del apartamento, de 3,70 metros, para organizar el espacio en dos alturas: la parte inferior, accesible sin escaleras, tiene acabados mayoritariamente blancos, mientras que la parte superior, con revestimiento de textura de cemento, rompe la monotonía de la altura del apartamento. Crea un ambiente más acogedor con un ajuste de escalas. La iluminación también contribuye a la paleta cromática del proyecto, con un trío de apliques de diferentes temperaturas, que crea un cómodo gradiente de luz sobre la pared blanca de la estancia.
En conjunto, las soluciones adoptadas garantizan un espacio optimizado y flexible, capaz de satisfacer diversas necesidades sin comprometer su expresión estética.
