Ubicado cerca del centro histórico de Aosta, el proyecto de MCA transforma el antiguo Cuartel de Testafochi en un nuevo campus universitario. La intervención conserva la estructura original del conjunto y la abre a la ciudad, convirtiéndola en un espacio de encuentro y cultura.
Con capacidad para unos 2.000 estudiantes, el campus incorpora zonas verdes que se integran en un sistema paisajístico continuo con la trama urbana. El nuevo campus universitario representa una arquitectura contemporánea en armonía con el entorno alpino. Inspirado en la forma de un iceberg, el diseño vincula su estética con el paisaje nevado y logra una gran eficiencia energética. La organización interna responde a un modelo autónomo y flexible, similar a las estructuras de los organismos vegetales, que favorece la convivencia de las distintas facultades.
El edificio Zerboglio, pieza clave del conjunto, conserva su estructura original de cuatro plantas y dos sótanos. Su fachada varía en densidad y materiales según la orientación, optimizando la entrada de luz natural. En el frente hacia la plaza universitaria, la piel del edificio se pliega y adapta para integrarse con el entorno urbano y generar una imagen distintiva.
Las zonas comunes, como la cafetería y el acceso al Salón Principal, se sitúan en la planta baja para reforzar la conexión visual y física con la plaza. Las plantas superiores albergan aulas abiertas a la ciudad, mientras que los sótanos reúnen instalaciones técnicas, laboratorios y espacios educativos. Destaca el Salón Principal, con capacidad para 176 personas, que reinterpreta el uso histórico del edificio y lo devuelve a la vida pública.
La fachada es el elemento más representativo del proyecto. Su diseño combina tiras metálicas y módulos de piedra acrílica Betacryl que actúan como protección solar y estructura de soporte para los paños acristalados. La estructura de hormigón armado, formada por grandes losas apoyadas en muros portantes, permite crear amplios espacios diáfanos que mejoran la flexibilidad funcional de las aulas.
En términos ambientales, el campus se concibe como un edificio bioclimático. El análisis solar, de sombras y vientos guió la forma y orientación para minimizar el impacto en el entorno y optimizar la eficiencia energética. Las volumetrías compactas y bien aisladas reducen la pérdida térmica, mientras que el uso de energías renovables garantiza un funcionamiento sostenible y acorde al clima alpino.
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