El Pabellón Municipal de Deportes de San Vicente del Raspeig se configura como un gran contenedor de gran versatilidad para albergar múltiples modalidades deportivas y eventos de gran aforo en general, en el que la conexión visual entre interior y exterior se convierte en uno de los hilos directores fundamentales del proyecto con el objeto de hacer visible desde el exterior la práctica deportiva como medida de fomento del deporte.
Para la consecución del mayor grado de versatilidad de sus espacios, las distintas modalidades deportivas se agrupan en dos grandes espacios: por un lado, el espacio central destinado a modalidades deportivas de equipo y con capacidad equivalente 4 pistas interiores de baloncesto y, por otro, espacios de salas destinadas a actividades dirigidas y gimnasios.
Cada uno de estos espacios interiores se caracterizarán por los distintos matices de luz y color: el espacio central, mediante iluminación cenital a través de 5 lucernarios con orientación Norte y con predominancia de los tonos cálidos de la madera del pavimento; las salas de actividades, mediante iluminación tamizada a través de las dos hojas que componen las fachadas y los distintos tonos fríos de sus pavimentos.
Esta organización espacial de los usos ofrece al mismo tiempo una gran versatilidad en la gestión de la edificación, al permitir un funcionamiento de cada uno de los usos principales (pabellón, gimnasio y cafetería) de forma independiente. Las fachadas de la edificación se configuran como un sistema dinámico en permanente cambio, en el que la superposición de dos geometrías diferentes, rayado horizontal de la hoja exterior y damero en la hoja interior, se alternan con mayor o menor intensidad según los matices de la iluminación interior y exterior de cada momento.
Estos cambios de composición de la fachada se ven reforzados mediante la altenancia que se produce entre el intenso color blanco de la fachada durante el día y su descomposición en los distintos colores azules que surgen por el reflejo de la iluminación en los pavimentos interiores de la edificación.
La edificación se configura como un sistema de muy alta eficiencia energética, maximizando la iluminación natural de todos los espacios y configurando un sistema de ventilación natural motorizado que permite la ventilación cruzada de la totalidad del volumen a través de sus fachadas y de los exutorios situados en cubierta, permitiendo la disipación nocturna del calor acumulado durante el día.
Estas medidas pasivas se ven complementadas con la disposición de sistema de aerotermia para la producción de ACS y una instalación fotovoltaica para la producción de electricidad, configurando de ese modo una edificación de consumo energético casi nulo.