Encontramos el típico emplazamiento de Istria: un pequeño asentamiento al final de la cresta. La zona montañosa de Istria se caracteriza por pueblos y asentamientos de refugio en posiciones expuestas, picos y crestas finales. Los edificios del asentamiento son casas pequeñas, dispuestas siguiendo el relieve de la cresta. El cliente buscaba una casa de campo clásica y cómoda donde poder pasar la mayor parte del tiempo. El proyecto cuenta con más de 700 m² de superficie útil.
Nos interesaba preservar el contexto de los pequeños pueblos tradicionales de Istria, por lo que una casa tan grande nos sobraba en un solo volumen. Buscábamos una tipología que permitiera disfrutar al máximo del espacio. Vivir en conexión con el espacio exterior, con un ambiente mediterráneo y disfrutar del jardín; estos fueron los puntos centrales de nuestra investigación. El pabellón se asocia con la idea de un edificio abierto en un parque, a menudo para el placer y la relajación. Dividimos el programa en tres volúmenes, dispuestos consecutivamente de sur a norte, conectados en la planta baja.
El edificio de entrada se encuentra en el centro (medio), con una gran plaza de entrada al frente. Debido a la forma del terreno, se accede a la primera planta, junto a la entrada, donde también se encuentran un estudio y el dormitorio principal. A través del vestíbulo de doble altura, se desciende por la escalera circular hasta la planta baja, donde se encuentran una sala de estar y un segundo estudio. El edificio norte alberga una habitación de invitados en la planta baja, y en la primera planta, el garaje y las áreas de servicio.
Al sur se encuentra el edificio principal, el pabellón. En frente se encuentran la cocina, el comedor, una amplia galería con solárium y una piscina. Damos especial importancia al pabellón, ya que es donde se pasa la mayor parte del tiempo. El espacio es más alto y cuenta con amplias aberturas en los tres lados. La importancia del pabellón también se ve acentuada por la forma de los edificios y la fachada.
Con un tejado plano y una fachada de piedra local, que irradia el espíritu de Istria, el pabellón destaca entre los otros dos edificios anónimos, que tienen un tejado inclinado y una fachada de yeso. Las aberturas del pabellón están protegidas del intenso sol de verano mediante paneles corredizos de madera regulables, que recuerdan a las clásicas persianas de madera de las casas.
Tres edificios se disponen en una composición irregular, uno tras otro, siguiendo el relieve de la cresta y la forma del terreno. Crean diferentes espacios y conexiones que evocan los típicos pueblos de Istria. De esta forma, intentamos preservar la silueta tradicional del asentamiento.
El diseño paisajístico crea un ambiente diferente. La plaza de entrada, de grava, está rodeada por un lado de pinos piñoneros, que forman la fachada a la calle. Frente al pabellón hay una amplia plataforma soleada con piscina; frente a la casa central, un pequeño parque con pinos; frente a la casa de huéspedes, un jardín más grande y profundo con un cedro libanés en el centro; y detrás de la casa, un pequeño bosque. Toda la vegetación seleccionada es mediterránea, principalmente plantas aromáticas, que aportan una dimensión sensorial a la experiencia y realzan la abstracción de la arquitectura.
