“una piedra, cortada y suspendida del suelo,
reinventa el espacio para la entrada de la luz.
Canta, sobre sus soportes,
el silencio de su propio peso.
Quiere ser arquitectura.
¿Basta con levitar?”
Guilherme Cicerone
Diseñar en arquitectura es un ejercicio de imaginar posibilidades. En cada obra, es un deseo de transponer lo que existe en algo que aún será. Rompemos nuestros propios límites para ver, en las necesidades de los demás, todo lo que construye lo que entendemos como hogar. Son construcciones diseñadas a partir de sentimientos para construir personas.
La casa Zênite, en este sentido, fue diseñada con el objetivo de potenciar la relación entre las personas y el entorno construido. A partir de la idea de refugio y de la organización y funcionamiento de los espacios diseñados, se incorporó el lenguaje a la forma para que sirviera de estímulo y sustentara el deseo de vivir historias.
Como resultado de esta investigación, dos volúmenes paralelos, distintos e independientes entre sí, forman la extensión de los ambientes de la residencia. El primero de ellos, situado en planta y con mayor proporción de ocupación de suelo y fachada, se consolida como un bloque blanco opaco. El segundo, una pieza de hormigón visto fundida en obra, se compone de dos planos consecutivos y angulados, que cobra protagonismo aprovechando la pequeñez de los soportes y la inusual disposición autónoma.
Si la densidad del volumen blanco sirve de refugio a las zonas de dormitorios, es bajo la estructura suspendida de hormigón donde se establecen el acceso y salón social, la marquesina de vehículos y las zonas técnicas y de servicios. Al entrar a la casa, se nota que, a una determinada hora del día, la disposición entre las losas permite introducir una cantidad controlada de luz natural en los espacios colectivos. Se trata de gestionar la dimensión sensorial resultante del vínculo entre tiempo y espacio.
La integración de la sala y el comedor con la cocina y el balcón gourmet, centrada en el diseño, media en la distribución de los dormitorios. La suite principal ocupa la parte más delantera del terreno, mientras que las demás se encuentran en la parte trasera. En todos ellos, además de un sinuoso losa de alero que protege sus vanos, los baños están iluminados y ventilados por jardines privados. En la habitación destacada, esta zona de jardín se extiende para incorporarse a la habitación.
Explorando el equilibrio entre la libertad poética creativa y la construcción de razones y compromisos asumidos con el cliente, se puede decir que la casa Zênite también actuó como unificador de experiencias constructivas e intereses comunes en la arquitectura. Y, en este camino, en particular, en el que somos responsables de materializar lo que nos toca, la cumbre deseada era una casa de luz.