Ubicada en la localidad costera de Chihuahua, dentro del turístico departamento de Maldonado, este proyecto se enmarca en un contexto de crecimiento urbano y demográfico acelerado en los últimos años. En un entorno agreste y árido, la vivienda se integra a la nueva imagen del barrio playero, donde se mezclan construcciones que evocan épocas pasadas con intervenciones contemporáneas. Desde su diseño hasta su construcción, esta residencia responde a soluciones modernas, tecnológicas, eficientes y ecológicas.
El cambio en el lenguaje de la arquitectura costera se refleja también en las nuevas lógicas de construcción. La ejecución de una obra de esta envergadura a más de 120 km de su ubicación final presenta desafíos económicos, naturales y logísticos. Por ello, se optó por una solución que combinara modernidad y respeto por el entorno: la construcción modular en fábrica.
Los módulos fueron diseñados para optimizar el espacio y la funcionalidad. Dos módulos simétricos conforman la vivienda, unidos por su lado más largo en un prisma rectangular. En el interior, la distribución se organiza en torno a una fuerte simetría en ambos ejes. Un bloque central divide las áreas sociales de los dormitorios, mientras que las fachadas cortas y laterales son ciegas, otorgando privacidad, y las fachadas largas cuentan con aberturas que permiten una conexión total con el entorno.
La fabricación en un ambiente controlado garantizó un proceso eficiente y de alta calidad. Los módulos se produjeron en condiciones óptimas, eliminando el factor artesanal y asegurando un control de calidad constante. Esta metodología permitió realizar las pequeñas intervenciones en el terreno en menos de una semana, reduciendo el tiempo de construcción y garantizando un resultado impecable. En resumen, este proyecto fusiona tecnología, diseño y respeto por el entorno para crear una residencia contemporánea, eficiente y en armonía con su entorno costero.