La Casa TI tiene una historia de 20 años de abandono. La primera licencia de construcción es de 2002. Ha pasado por varios propietarios con el objetivo de terminar y habitar la casa, pero siempre sin éxito. En agosto de 2018, unos amigos se enamoraron de la ubicación y del potencial de la casa y la compraron. La casa se encuentra en el centro de Santo Tirso en una situación privilegiada. Vecina del Call Center de Aires Mateus, frente al Parque Público Matadero, en la frontera con una extensa y hermosa reserva agrícola que sirve como paisaje del lado sur de la ciudad.
Encontramos una casa de dos pisos con diseño de arquitectura contemporánea abandonada antes de su conclusión. Era una construcción de hormigón muy sólida, bien concebida desde el punto de vista de sus espacios técnicos, pero con muchos signos de erosión y vandalismo. La casa ocupaba 444 m2 de área en el centro de un terreno de 947 m2. Las áreas de jardín eran marginales y sombreadas. La casa se implantaba en un terreno en pendiente y la elección de su cota de asentamiento, debajo del nivel de la calle, resultaba en un estrecho perímetro de jardín mayormente en sombra, y por esta razón oscuro y húmedo.
Las fachadas de la casa eran demasiado abiertas y feas, en nuestra opinión. Las ventanas y puertas de la fachada orientada a la calle estaban unidas y perdían definición, importancia y jerarquía. Las demás fachadas poseían una plétora de aberturas con dimensiones y formas difíciles de justificar. Entre la calle y la casa se elevaba una estructura escénica construida en hormigón que definía el espacio de recepción de la casa, la cual nos parecía superflua, ¡la demolemos!
El interior poseía una variabilidad de alturas inspiradora. También el espacio interior nos parecía descontrolado, pero con gran potencial. Entre las estructuras construidas en hormigón, aparecían estructuras suspendidas en hierro que restaban unidad al conjunto. En los techos existían lucernarios cuadrados en forma de pirámides en negativo. En el espacio de la cocina, con doble altura, existía una estructura en hierro que soportaba un revestimiento de pared que al mismo tiempo moldeaba el techo, la demolimos para dejar el espacio puro. La piscina existente no tenía definición y su revestimiento cerámico no encajaba en nuestras intenciones de reducción a lo esencial.
En nuestra opinión, nada en arquitectura puedser resultado del azar o de la frivolidad formal, únicamente de la voluntad artística. Nada en arquitectura puede ser fruto de falta de estudio y de maduración de la propuesta o racionalmente injustificado. La actividad de construcción es demasiado cara, demasiado comprometida con el paisaje, con la ciudad, con los recursos naturales y con la economía para que pueda ser un acto menos consciente, o libre de responsabilidad social. Buscamos una arquitectura responsable y sostenible. Eliminamos todo lo que nos parece exceso hasta obtener lo esencial. Solo lo esencial es necesario. La historia de la arquitectura enseña a través de sus magníficas ruinas que solo lo esencial prevalece al final de la vida y que la vida puede ser devuelta a la ruina a partir de lo esencial que resistió al tiempo.
El presupuesto era muy limitado para renovar 700 m2 de área construida. Empezamos por tomar una opción: eliminar todo el exceso. Revestir las piedras manchadas y vandalizadas del pavimento con una argamasa del color natural del cemento. Retocamos el estuco original de las paredes. Demolemos las estructuras de techo suspendido que artificializaban el espacio. Refizimos con forma circular los lucernarios de techo. Cerramos con paredes y losas donde el espacio social parecía abierto y sin definición. Demolemos paredes donde el mismo espacio parecía fragmentado y sin sentido. Recortamos la escalera para que su forma se presentara alineada con la definición de espacio conferida por las paredes.
Recortamos nuevas puertas y cerramos otras. Los huecos son cerrados con madera. La arquitectura del espacio debería resultar como una excavación esculpida en la masa blanca de paredes y techos y sus huecos cerrados con superficies de madera aparente. Ningún brillo. Los materiales naturales en su verdadera apariencia.
Sobre las fachadas tomamos una decisión, si posible solo un vano en cada fachada. Un vano de vidrio que, desde el interior, representara un vacío, una fotografía del exterior sin marco ni divisiones. La iluminación fue disimulada en la forma arquitectónica, o cuando deseable se revela como siempre se ha hecho en la historia de la arquitectura en un objeto de iluminación, como por ejemplo sobre la mesa de comedor. La calefacción y refrigeración se hace por radiación desde el suelo.
