Como punto de partida, este proyecto tuvo que integrarse en el sistema agrícola de Barrocal y una pequeña casa en ruinas de 80 m2. La ruina como génesis tradicional, muestra las características de la arquitectura vernácula del Algarve.
La estrategia consiste en limpiar el espacio central de la propiedad generando un vacío rodeado por la ruina y los árboles. La limpieza de este vacío se potencia con la recuperación de la ruina existente que define uno de sus límites, construyendo una nueva ala que establece la frontera norte y un tanque de agua en el extremo sur.
La casa pre-existente consta de tres áreas interconectadas que contienen las habitaciones y baños. La nueva construcción se articula a través de dos patios de proporciones similares; una extensión norte de la cocina y una extensión occidental que contiene la sala de estar.
La entrada principal de la casa se construye en el espacio intermedio que se produce entre la casa preexistente y la nueva extensión, como un espacio de transición y de fractura entre las dos alas. El tanque de agua está construido de manera similar a los tanques de riego abundantes de la región.