En una tierra lejana viven cinco hermanas. Todas son parecidas, y a la vez, todas son diferentes.
Todas son hermosas, unas más, otras menos. Una es más atrevida y otra más tranquila.
Una es elegante y otra aún más. Depende. Todas son diferentes, pero también similares.
LAS CINCO HERMANAS
Viven al lado de un lago, con los pies casi en el agua. No pueden vivir las unas sin las otras. Pero son independientes.
Forman un grupo que solo existe como grupo.
Se aferran unas a otras, brazo con brazo, mirando hacia el horizonte.
Se ven reflejadas una y otra vez en el agua, justo frente a ellas.
Se reflejan y reflejan.
Absorben la luz de maneras diferentes, son distintas. Irradian luz y belleza, cada una individualmente, y aún más juntas.
Están cerradas para casi todos, despertando gran curiosidad en quienes desean conocerlas.
Sin embargo, para algunos, se abren, provocando aún mayor curiosidad por conocerlas mejor.
De un blanco casi inmaculado, a través del movimiento de sus formas, crean otros blancos.
Acentuando sombras, reflejando luz, sus formas se mueven. Incesantemente.
Aberturas, reguladas por toldos que asemejan pestañas, permiten que la luz entre en el interior.
Hay algo antropomórfico en ello.
Hace mucho, mucho tiempo que comenzamos a conocerlas. Poco a poco.
Y poco a poco, seguimos descubriéndolas, sus ángulos, sus curvas, sus aberturas, y planos blancos.
Las creamos, pero ellas nos dijeron cómo querían ser. Todas iguales, pero todas diferentes.
Querer ser diferentes no era una obligación, sino una necesidad.
Ninguna belleza es igual. Ni repetitiva.
Todas son iguales en sus diferencias, ya que cada una está en un lugar distinto.
Tan juntas, pero cada una en su propio trono, observando los reflejos del agua.
Hace poco fui a visitarlas.
Incluso antes de existir, ya me sorprendían. Y siguen sorprendiéndome.
Busco conocerlas, rodeándolas o entrando en ellas.
No es fácil comprenderlas.
Siempre tuvieron personalidades diferentes, pero ahora esto se ha vuelto más evidente.
Han crecido y sus formas están casi completamente formadas.
Indudablemente, cada una tendrá su propia vida. Su propia manera de ser independiente.
El tiempo traerá madurez y, juntas, seguirán sorprendiendo.
Esta es la función de la belleza.
Tavira, 10.12.2023
Carlos Castanheira