El proyecto nació de la intención de transformar el antiguo porche de una colina del Alentejo en un nuevo espacio de circulación, con el objetivo de crear una conexión interior entre el salón y los dos dormitorios existentes.
Sin embargo, al estar las tres divisiones a diferentes cotas, aproximadamente a un metro de distancia, el nuevo espacio se diseñó en una cota intermedia, con el fin de suavizar el descenso, generando un nuevo recorrido cuyo movimiento sea lo más “natural” posible.
El diseño de una ventana larga permitió que la luz occidental entrara generosamente en el nuevo espacio, iluminándolo de forma controlada, creando así una atmósfera más tranquila.
A lo largo de esta ventana se diseñó una banqueta, que pretende ser una alcoba, un elemento activador del espacio que permite establecer diversas prácticas, como leer un libro, sentarse a charlar o simplemente contemplar los alcornoques del exterior.