Ubicada en un fraccionamiento privado en la ciudad de Barbalha, al sur de Ceará, la Residencia VM fue diseñada para albergar a una familia con dos hijos y el deseo expreso de vivir en una casa que favoreciera tanto las reuniones íntimas como la recepción de invitados. Con 530 m² construidos, el proyecto presenta soluciones espaciales y volumétricas que equilibran la privacidad, la integración y las proporciones generosas.
El programa se organiza en dos plantas. En la planta baja, destacan la suite de invitados, la oficina multifuncional (que también funciona como sala de cine) y la zona social, compuesta por salón, comedor y cocina, con una sutil zonificación marcada por diferentes niveles. En la planta de acceso se encuentra el salón; el comedor, ligeramente hundido, conecta directamente con la terraza y la cocina. Esta última, a su vez, cuenta con una gran ventana corredera que permite una integración total con los espacios sociales o un aislamiento completo, según se requiera.
La fluidez de los espacios se complementa con una clara zonificación funcional: un garaje para cuatro vehículos, un trastero y un baño de servicio se ubican estratégicamente para no interferir con la dinámica social de la casa. La zona exterior trasera alberga la terraza y la piscina, situadas en la parte posterior para garantizar mayor privacidad, algo especialmente importante dada la ausencia de muros en las parcelas colindantes.
En la planta superior, las tres suites se distribuyen en dos bloques (este y oeste), conectados por un altillo con vistas al espacio diáfano del salón. Las suites infantiles dan a un amplio balcón con vistas al paisaje, mientras que la suite principal, orientada al sur, ofrece vistas del horizonte y del perfil de la Chapada do Araripe.
La composición volumétrica se caracteriza por ángulos variados, con aristas a veces agudas, a veces obtusas, que le confieren dinamismo y tensión formal. La vivienda se estructura en tres volúmenes diferenciados: dos laterales con cubiertas planas y un central con cubierta inclinada vista, que destaca el núcleo social de la casa. Las ventanas de doble acristalamiento —con vidrio corredizo y lamas de madera con estructura metálica— conforman un eficiente sistema de protección solar y ventilación.
En la fachada norte, una marquesina metálica protege de la luz solar directa y señala la entrada principal, realzada por un estanque reflectante con carpas y un jardín de cactus que combina especies autóctonas y exóticas, creando un jardín de texturas y colores. Volúmenes puros, revestimiento de piedra y marcos de puertas y ventanas de diseño singular sorprenden a residentes y visitantes a cada paso.
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