La arquitectura de Casa Japón es una invitación a la imaginación, donde el tiempo no impone límites. Por eso, destaca en el espacio urbano que la rodea. Un prisma cuadrangular, al ser delicadamente sustraído, revela la entrada principal y la terraza del piso superior. Esta solución da como resultado una composición serena y contemplativa, cargada de poesía.
La volumetría resultante no solo resuelve cuestiones funcionales, sino que también crea una potente narrativa visual, donde la entrada principal y la terraza superior emergen como elementos protagónicos en la composición de la fachada. En la entrada, un espejo de agua transmite calma, equilibrio y una sensación de refugio. Además de su valor estético, este elemento establece un microclima que mejora el confort térmico de la edificación.
Al interior, el espacio se despliega mediante una cuidadosa selección de texturas y muebles brasileños, que sugieren interacciones y conexiones. Un panel con secciones moduladas oculta la sala de TV, creando un ritmo que conduce hacia la cocina. La casa se revela como un organismo vivo, capaz de transformarse y adaptarse, ya sea para recibir personas o simplemente para ser contemplada. Las aberturas de vidrio, resultado de la sustracción del prisma, garantizan ventilación e iluminación natural, envolviendo el área social en un acogedor abrazo.
En el piso superior, la atención al detalle y a la elección de materiales comienza con la escalera. Este elemento, anclado en el contraste, introduce la zona privada con elegancia. La filosofía de este nivel es la libertad: la división entre el espacio de trabajo y el área de actividades físicas se resuelve mediante carpintería, creando fluidez y practicidad.
La suite principal gana textura y profundidad con un mobiliario empotrado, ahora cálido para evocar una atmósfera de retiro. Esta misma sensación se extiende al baño principal, diseñado para ofrecer un momento de pausa y desconexión frente al ajetreo del mundo exterior. Finalmente, las terrazas de Casa Japón son una invitación a lo sensorial y a la contemplación. Elevan lo cotidiano a un ritual de armonía sublime, integrándose perfectamente con la arquitectura de la casa.
