
Esta estructura se asemeja a una escultura gigante colocada en la ciudad. Su trazado se compone de espacios abstractos. El edificio tiene elevaciones rosas y naranjas para admiración de las viviendas vecinas. Con sus líneas austeras, el edificio se integra armoniosamente en su entorno urbano.
El colorido zócalo que sustenta el edificio está coronado por una serie de espacios geométricos blancos. Sus siluetas brillantes destacan sobre el cielo azul. Contienen espacios de doble altura que puntúan la planta baja.

El armazón del edificio se extiende junto a las pistas y jardines de este centro que apoya a los niños pequeños en su desarrollo y a los padres en su papel de principales educadores de los niños. Estas pistas y jardines son capullos al aire libre, protegidos del viento y las carreteras. Ofrecen a los niños un entorno agradable, digno de su alto nivel de energía.
Gracias a nuestra dinámica paleta de colores, que aprovecha la luz natural y las proporciones, hemos creado un centro de aprendizaje fácil de usar en el que tanto los niños como el personal pueden prosperar.
El edificio se alza a la entrada de la ciudad. Con su telón de fondo natural de arces, cerezos y espireas japonesas, esta guardería da una impresión de dulzura que evoca la primera infancia.
Su entrada principal está situada en la esquina de la parcela. Una generosa explanada da la bienvenida al público e invita a reunirse bajo un majestuoso castaño de indias. En este lado, las partes acristaladas son más grandes. Dejan ver el interior.
La entrada conduce al vestíbulo principal, que sorprende por su amplitud y su penetrante tono anaranjado. Se extiende, a doble altura y en un tono bermellón, hasta una claraboya cilíndrica con círculos azul cielo. Esto confiere al proyecto arquitectónico una fuerte dimensión formal y sugiere bienestar, situando aquí el color y sus cualidades en el centro de la vida cotidiana.

Esta entrada es el corazón palpitante de la guardería. Es un espacio lúdico que conecta con todas las secciones del programa arquitectónico, por lo que pudimos renunciar a los pasillos. Este espacio es el lugar simbólico en el que confías tu hijo al centro y donde podemos imaginar que tengan lugar actuaciones de pequeños grupos o que se instale un árbol de Navidad, y que incluso podría convertirse en una sala extra de desarrollo.
Los espacios de actividades están ampliamente acristalados y orientados al sur. Los destinados a niños pequeños y mayores están uno al lado del otro. La claraboya, también orientada al sur, aporta abundante luz natural dorada. Con este diseño, los espacios pueden airearse y refrescarse de forma natural durante los periodos calurosos.