El proyecto propone una reforma completa del edificio original de la Galería Millan, reorganizando sus espacios de acuerdo con el actual programa de necesidades de la empresa. La mayor intervención se da en la relación del edificio con la calle.
En el retroceso frontal, donde existía un estacionamiento en rampa, se propuso una plaza horizontal para la acogida de los visitantes. Un marco de vidrio continuo, como una vitrina, intensifica la relación del interior con esta plaza.
La demolición de un pequeño depósito permite una doble altura en el acceso y una comunicación fluida entre la planta baja y el piso superior. De manera similar, se creó una nueva configuración para el patio trasero, con una propuesta de conexión con las oficinas, acentuando su carácter de convivencia.
El proyecto, en general, realiza un esfuerzo por someter todos los espacios de la galería actual a un razonamiento único, promoviendo una mayor integración entre sus distintos usos y eliminando las áreas fragmentadas que se han acumulado a lo largo del tiempo.