Debido a que el propietario de esta casa deseaba una residencia que se destacara y fuera única, el arquitecto diseñador comenzó el proyecto considerando primero el contexto del lugar. Con un entorno original compuesto por un lago y árboles, los arquitectos diseñaron la casa para convertirse en una extensión visual completa de su contexto. Una casa blanca sobre una montaña de roca negra en medio de la naturaleza fue la respuesta, basándose en el contexto y las necesidades de los residentes.
Al doblar la pared de grava hacia adelante y hacia atrás para imitar las rocas naturales, surgió una forma que desafiaba la geometría habitual, sirviendo como una metáfora de una montaña rocosa. Este enfoque la distinguió de la residencia, que es una caja blanca pura. Elegir una estructura en voladizo para realzar la apariencia del edificio, combinada con técnicas de colado de hormigón armado para crear un aspecto delgado y afilado, ocultando sin interrupciones estructuras como columnas, permitió que el resultado se alineara lo más posible con el concepto de una casa blanca en una colina rocosa.
A partir de la creación de esta identidad, materiales como la grava lavada se convirtieron en lo primero que todos notaron al visitar esta casa. Los arquitectos seleccionaron materiales en tonos de gris oscuro, casi negro, para servir como base del edificio del primer piso. Mientras que el segundo piso está diseñado como una caja blanca, se oculta para crear privacidad mediante el uso de persianas de aluminio del mismo color que la casa.
La disposición del edificio está determinada por esta relación metafórica, elevando las áreas de vivienda altamente privadas, como los dormitorios, a la parte superior, creando una casa moderna con forma de caja. Al mismo tiempo, las áreas de actividad y los espacios de convivencia se sitúan abajo, asemejándose a una colina debajo de la casa. Todas las áreas están conectadas al patio junto al edificio y al lago detrás.
El edificio está dispuesto de esta manera para corresponder con la orientación tropical, que recibe luz solar del suroeste. El arquitecto decidió usar la sombra del edificio y las persianas para ayudar a reducir el calor y la luz solar durante el día. A través de una mezcla matizada de respuesta contextual y diseño arquitectónico, Hill House no solo cumple con el deseo del cliente de una casa única y sobresaliente, sino que también encarna una integración armoniosa con su entorno natural, reflejando un diálogo sofisticado entre la forma construida y el entorno.