La Casa en la Huerta se sitúa en la localidad de Alboraya, en la zona fronteriza entre la retícula urbana y una gran extensión de huerta de chufa y hortalizas. Se trata de una casa entre medianeras situada en la esquina de una manzana residencial, por lo que goza de la comodidad de las viviendas urbanas a la vez que cuenta con unas amplias vistas sobre la huerta que se desdibujan en el horizonte.
Para resolver este proyecto se plantea una envolvente geométrica limpia, blanca y abstracta, a la que se le practican unas perforaciones que generan las aperturas de la casa. Estas sustracciones dejan ver un interior de madera de gran calidez que contrasta con la pureza del resto de la fachada.
Las salpicaduras de madera marcan los accesos, tanto el peatonal como el rodado, las balconadas de la cocina y el salón y la gran terraza-mirador que corona la vivienda. El resto de huecos se cierran con lamas motorizadas de Krion blanco en su cara exterior que al abrirse muestran el interior de madera.
La fachada es el resultado de la combinación de unos grandes paños blancos de krion, unos abocinados de madera de iroko y las lamas que, según su posición, la textura y la materialidad varía. Todos estos elementos quedan ordenados dentro de un sistema de juntas que cohesiona el conjunto. Las divisiones de las fachadas y la combinación de materiales y texturas generan un juego que recuerda a las parcelaciones típicas de la huerta.
La materialidad de la fachada se prolonga por la cubierta a cuatro aguas para reforzar la envolvente abstracta de la vivienda. Al conjunto de la cubierta se le sustraen dos volúmenes que conforman la terraza y el patio.
Se propone una casa íntimamente ligada al paisaje de huerta de la zona gracias a la generación de espacios destinados a su contemplación. Desde el gran ventanal del salón y desde la terraza se obtienen unas vistas panorámicas sobre la huerta que se pierden en el horizonte. La materialidad del proyecto se caracteriza por su bicromía. Sobre un lienzo blanco destacan unas zonas de madera y piedra oscura que marcan las sustracciones que se practican al volumen.
El encargo tiene como objeto la construcción de 48 viviendas de protección pública y un aparcamiento bajo rasante en la zona de Magaluf, Calvià, un municipio ubicado al sur de la isla de Mallorca caracterizado por ser una localidad costera en cuya trama urbana predomina la tipología hotelera y de ocio propia del modelo turístico.
Se trata de un convenio de colaboración entre el Instituto Balear de la vivienda y el Ayuntamiento de Calvià correspondiendo la gestión de 24 viviendas a cada uno de ellos.
El uso de estrategias de diseño pasivo que promuevan el ahorro energètico, la elección de materiales de bajo impacto ambiental y la flexibilidad espacial son los pilares fundamentales entorno a los cuales se construyen estas viviendas de estructura de madera y de clase energètica A.
La propuesta se organiza en dos recintos unidos por un aparcamiento bajo rasante de 24 viviendas cada uno distribuidos en dos bloques de PB+2 de 12 viviendas.
En planta los volúmenes se disponen con una orientación sur buscando el asoleo óptimo y el aprovechamiento de las brisas marinas, mientras que en sección se genera una diferencia de altura entre bloques que favorece la iluminación natural y la ventilación cruzada, evitando el efecto pantalla y reduciendo el impacto visual.
El encargo tiene como objeto la construcción de 48 viviendas de protección pública y un aparcamiento bajo rasante en la zona de Magaluf, Calvià, un municipio ubicado al sur de la isla de Mallorca caracterizado por ser una localidad costera en cuya trama urbana predomina la tipología hotelera y de ocio propia del modelo turístico.
Se trata de un convenio de colaboración entre el Instituto Balear de la vivienda y el Ayuntamiento de Calvià correspondiendo la gestión de 24 viviendas a cada uno de ellos.
El uso de estrategias de diseño pasivo que promuevan el ahorro energètico, la elección de materiales de bajo impacto ambiental y la flexibilidad espacial son los pilares fundamentales entorno a los cuales se construyen estas viviendas de estructura de madera y de clase energètica A.
La propuesta se organiza en dos recintos unidos por un aparcamiento bajo rasante de 24 viviendas cada uno distribuidos en dos bloques de PB+2 de 12 viviendas.
En planta los volúmenes se disponen con una orientación sur buscando el asoleo óptimo y el aprovechamiento de las brisas marinas, mientras que en sección se genera una diferencia de altura entre bloques que favorece la iluminación natural y la ventilación cruzada, evitando el efecto pantalla y reduciendo el impacto visual.