La construcción existente fue demolida en 2003.
Se trataba de una edificación de dos plantas con cubierta a dos aguas que ocupaba tres de las parcelas de un tejido protegido de pequeñas viviendas conocido como Campo de Artillería. Su posición es de remate de manzana, con dos fachadas cortas, norte y sur, y otra más larga, al oeste.
El reto principal del proyecto está en cómo plantear en este contexto patrimonial una obra nueva que cuenta con un programa de vivienda con más estancias y superficie que las demás. Así, resolver su exterior mediante un lenguaje compositivo que se integre en el entorno o conseguir establecer filtros de intimidad a nivel de calle sin perder luz natural, son algunas de las cuestiones que han sido más difíciles.
Partiendo de un volumen muy condicionado por el planeamiento, la decisión de colocar en posición central la escalera se convierte en la directriz que organiza la vivienda, tanto en horizontal, distribuyendo los usos entorno a ella, como en vertical, enlazando niveles y espacios a través.
Existe una idea clara, casi autónoma, de hacer una casa interior desde un planteamiento más libre y abierto que se rodea de una envolvente con una secuencia de ejes y huecos verticales que trasladan el ritmo compositivo y pautado del Campo de Artillería.
La casa interior, su sección, se configura dejando vacíos a doble altura, superponiendo espacios, algunos de ellos con encuentros inclinados entre techo y cubierta que redundan en la idea de intimidad e introducen en las habitaciones o en la cocina de nuevo la imagen de la casa a dos aguas. Y por encima su reverso, en el bajo cubierta, la del espacio que se recoge plegado el suelo hacia los lados.