El proyecto aborda la rehabilitación de una pequeña vivienda situada en la planta baja de una casa de dos alturas del tradicional barrio costero del Cabanyal, en Valencia (España), situado al este de la ciudad y de tradición pesquera. Como la mayoría de las construcciones de la zona, se trata de una edificación de dos alturas sobre rasante, construida en los años 20 del siglo XX, entre medianeras y ocupando una parcela estrecha y alargada con un pequeño patio trasero sobre el que se había realizado un añadido posterior que albergaba las zonas húmedas de la vivienda.
La vivienda ya había sufrido una pequeña intervención que había opacado alguno de sus elementos originales y de interés genuino, carecía de compartimentación más allá de una pequeña cocina y un baño situados al fondo de la vivienda, presentando en su parte delantera un único espacio diáfano.
El proyecto se ha adaptado a los elementos estructurales que conforman la vivienda, a la proporción de la planta existente y a su geometría, en muchos casos irregular, y se ha planteado una nueva distribución a partir de una sucesión lineal de espacios, que fluyen desde los espacios más públicos hacia los más privados de una vivienda. Esta secuencia de espacios comienza por un espacio flexible de salón/estar, a continuación se relaciona con una cocina-comedor y junto al patio se encuentra la zona de dormitorio. Todos ellos son ambientes abiertos y visualmente conectados entre sí, pero diferenciados espacialmente. Envolviendo la pieza del patio, en su parte posterior, se encuentra la zona más privada y opaca de la vivienda, como es el baño, que a su vez también contiene elementos más expuestos que comparten la fluidez espacial del resto del proyecto.
La propuesta nace del objetivo de respetar y destacar los elementos más característicos de la construcción original, como el tradicional forjado visto de vigas y viguetas de madera y bovedillas cerámicas, así como el pequeño patio central. La premisa para conservar y adaptar todos estos elementos al nuevo proyecto fue la de mantener los techos y alturas originales en la mayor parte de la vivienda, concentrando todas las instalaciones necesarias en un característico único volumen perforado longitudinalmente por una bóveda que establece un diálogo entre la intervención y la preexistencia, enlazándose con el primer espacio de la vivienda mediante una armariada lineal que ayuda también a resolver servicios de la vivienda, a dar apoyo de almacenamiento e integra además en su interior el volumen de la zanca de la escalera de acceso a la vivienda de la primera planta.
Por otra parte, la continuidad material y espacial entre el patio y el baño diluye los límites entre ambos, poniendo en valor al patio, proyectándolo hacia el interior y generando la ilusión de una zona de aseo exterior, así como proporcionando una sensación de mayor amplitud en esta pieza como foco de luz natural de la vivienda.
En cuanto a su materialidad, se opta por tonalidades neutras y texturas naturales que no resten protagonismo a los elementos más característicos del proyecto y sus espacios, como el pavimento continuo de microcemento, el revestimiento cerámico del patio y aseo, continuo en sus planos horizontales y verticales, o la carpintería interior lisa y de la misma tonalidad que el resto de planos. La elección de acabados es vital para comprender el concepto del proyecto, cómo y dónde se sitúan es uno de los gestos más importantes para dotar de sentido a la propuesta.