
Ubicado sobre un terreno cargado de historia —junto a antiguos baños galo-romanos y cerca del río Thérain—, el nuevo Teatro del Beauvaisis nace en continuidad con un espacio que fue clave en la reconstrucción cultural de la ciudad tras la Segunda Guerra Mundial.
En los años 70, los hangares reutilizados como salón de fiestas se convirtieron en una sala de espectáculos con 450 butacas, pero su limitada infraestructura acabó dejando a Beauvais fuera del circuito cultural nacional. La propuesta arquitectónica asume el reto de insertar un edificio de 27 metros de altura en un entorno denso y patrimonial, dialogando con dos referentes del paisaje urbano: la iglesia de Saint-Étienne y la catedral de Saint-Pierre. Para lograrlo, se deconstruye la tipología tradicional del teatro, rebajando la altura de su envolvente y concentrando el volumen principal en una suerte de “nave profana”, evocando el carácter cívico de las antiguas basílicas romanas.

La implantación urbana busca completar un tejido heredado de la posguerra, reorganizando el espacio público sin ocultar el volumen del teatro, sino integrándolo con sensibilidad. El acceso principal se orienta hacia la ciudad, a través de un atrio bajo los árboles, conectando el vestíbulo con la vida urbana y transformando este espacio previo en un punto de encuentro acogedor y activo.
La acústica se ha trabajado con geometrías precisas y acabados en madera inspirados en los tapices de Beauvais, aportando calidez, carácter y una experiencia sensorial rica. La caja escénica, de planta griega, incorpora un graderío móvil y soluciones técnicas sencillas pero eficaces. La flexibilidad programática y la hospitalidad han sido pilares del diseño: camerinos con vistas, terrazas abiertas al público, y rincones exteriores que amplían la experiencia teatral más allá del interior. Desde el primer día, el teatro ha funcionado como una verdadera casa para los espectadores y artistas.
Interiormente, el teatro se concibe como una suma de espacios contenidos pero vibrantes: un vestíbulo bajo una gran campana acristalada, un foyer íntimo con escaleras escultóricas, y una sala que, recogida entre muros tallados como un sotobosque, evoca un claro al atardecer

Desde lo constructivo, el edificio apuesta por una arquitectura sobria, frugal y ambientalmente ejemplar. Con una envolvente térmica de alto rendimiento, consumo energético un 25 % inferior al estándar y climatización 100 % geotérmica, el Teatro del Beauvaisis no sólo destaca por su integración urbana y su valor cultural, sino también por su compromiso con la sostenibilidad y la eficiencia.