
En el corazón del barrio de Le Camas en Marsella, se encuentra un apartamento de 77 m² ubicado en un edificio típico de los años 60, cuya apariencia exterior no revela el potencial interior. Sin embargo, gracias a la tipología estructural de pilares y vigas, Olivia Fauvelle y Maxime Verret conciben una propuesta radicalmente minimalista que libera el espacio original, eliminando tabiquería superflua y revelando un plano diáfano lleno de posibilidades.

El proyecto rescata las cualidades espaciales ocultas: luz natural atravesando el volumen, perspectivas cruzadas, y una amplitud que solo es posible tras liberar los elementos estructurales. Solo se conservan dos pilares y un muro que diagoniza el espacio interior, generando una geometría singular y orgánica, que articula visualmente el interior y celebra su carácter bruto.
El eje central del apartamento es un espacio común de función flexible: diseñado para acoger a una familia de cuatro, con áreas mínimas para las habitaciones privadas y una sala de baño amplia y bañada por luz natural. Un telón contínuo, tomado de la escenografía teatral, permite modular la vida familiar según el momento del día. En paralelo, una mesa central de hormigón fibrado, realizada in situ, asume múltiples roles: comedor, espacio de trabajo, mostrador, enlace familiar… todo articulado en torno al pilar central.

Mientras la sección sur del área compartida mantiene una rigidez estructurada, el sector norte ofrece libertad y versatilidad: hoy salón de música, mañana sala de lectura o espacio de juego. El diseño busca que este apartamento evolucione más allá de la estancia de sus actuales habitantes, anticipando formas futuras de vivir juntos, con ambiente monocromático de materiales crudos y un enfoque centrado en la adaptabilidad y la poesía cotidiana.