
La residencia se ubica en un tranquilo barrio residencial, a 30 km del corazón de Bangkok, donde se distribuyeron parcelas privadas individuales alrededor de un exuberante campo de golf en el centro. El barrio es una ubicación ideal que ofrece un refugio para vivir después de pasar horas ajetreadas en una ciudad ajetreada. Es un lugar ideal para dejar fluir la vida, disfrutar de tiempo de calidad y desconectar. La casa da a un lago al otro lado de la calle interior y a los peatones por el oeste. La orientación del edificio se corresponde con elementos visuales serenos que conectan la sala de estar con la naturaleza.

Las ventanas con listones orquestados en la fachada se abrieron a plantas nativas y aportaron un marcado acento volumétrico rectilíneo a la estructura. La piel, muy abierta y transparente, permite que los ocupantes y los espacios se integren en un entorno generoso. El diálogo constante de materiales discretos armoniza los espacios tranquilos, creando una fluidez visual. Los colores neutros en los espacios realzan el verde ambiental de la zona. El paisaje exterior también contribuye a crear sutiles sombras naturales, suavizando los elementos modernistas de la arquitectura.

La distribución abierta y flexible de la planta baja permite disfrutar de las actividades y funciones de la vida diaria, fomentando la interacción entre los ocupantes. La espaciosa cocina, la mesa de comedor, el sofá de la sala y el estudio están conectados espacialmente. Las ventanas transparentes que recorren la fachada oeste se abren al apacible lago, proporcionando una ventilación adecuada a través de sus grandes aberturas. Las cortinas interiores contribuyen a la privacidad y a regular la luz natural según el espacio y el horario. Los muebles y sofás de madera de roble a medida se integran a la perfección en el espacio.
La luz indirecta en el área de estudio facilita el trabajo y ayuda visualmente a elevar la estructura superior del suelo. Los espacios limpios y refinados de la arquitectura minimizan las distracciones, crean paz y relajación, y facilitan la contemplación. Los techos extra altos en la planta baja permiten recibir visitas o disfrutar de actividades de ocio. Los suelos de madera que definen el espacio habitable aportan comodidad a todo el perímetro interior. El mobiliario es sencillo y sobrio.

La escalera conecta la planta baja con espacios más privados en la planta superior. El patio abierto central, rodeado de tres acogedores dormitorios, conecta con toda la sala de estar de la planta. Además, ofrece una sensación semiexterior al espacio común, además de permitir la entrada de luz natural y ventilación durante el día. El pasillo frontal, con cristales semitransparentes, que da al dormitorio principal, ayuda a obstruir la visión directa desde el exterior. Una serie de mamparas garantizan simultáneamente la privacidad y el aislamiento del espacio interior desde la entrada.