Tomando como punto de partida su integración con el entorno natural, el concepto surgió de la intención de que la masa construida apareciera en medio de la vegetación. Sus líneas arquitectónicas resultan en una interpretación contemporánea de un edificio a dos aguas (similar al edificio que anteriormente estaba en el lugar).
Uno de los puntos principales en el diseño fue garantizar la máxima relación entre el interior y el exterior, lo cual se logra mediante porches, jardines, balcones y grandes vanos.
En términos de materialidad, se utilizó un volumen blanco con huecos que resultan de la modelación del objeto, definiendo balcones y porches. Se prevé además que la vegetación natural, como las enredaderas, con el tiempo envuelvan el edificio, creando un espacio cambiante según las estaciones del año.
Todos los espacios tienen una fuerte conexión con el exterior. En el piso superior se ubican las áreas privadas de la vivienda, destacando nuevamente la relación con el entorno mediante balcones en todos los dormitorios.